miércoles, abril 27, 2005

Nació de manos humildes el Puerto Padre de hoy.

Por Rosa María Ramírez Reyes

Caminante, NO hay caminos, se hacen caminos al andar.

Como dice el poeta, NO hacen falta alas para hacer un sueño, basta con las manos, basta con el pecho, basta con las piernas y con el empeño. NO hacen falta alas para hacer más bello, basta el buen sentido del amor inmenso para hacer gigante lo que es pequeño.

Hombres y mujeres un 25 de diciembre de 1958 con las manos, con el pecho, con las piernas y con amor inmenso abrieron los caminos, conquistaron lo tierno, buscaron lo intenso, hicieron lo grande.

Desde ese entonces los caminos abruptos se hicieron llanos, y el fusil se convirtió en instrumento de la construcción del futuro.

Tropas compuestas por el CUARTO Frente Oriental Simón Bolívar y hombres de las columnas 12, 14 y 32 comenzaron su desplazamiento en la tarde del día 24 desde cañada seca, sitio donde se gestó el combate hasta los diferentes objetivos. Cuando el reloj marcaba los primeros minutos del 25 de diciembre comenzó el combate que terminó a las 5 y 30 de la tarde cuando se rinde el último reducto enemigo, establecido en la guarnición del Fuerte de la Loma.

Se hizo la luz, estalló el júbilo en la ciudad dormida hasta ese día, en que despertaba porque el fusil rebelde le abría los tiernos ojos azules. Era este el Primer Puerto Libre de Cuba. Nacía de manos humildes el Puerto Padre que hoy con 45 años se llena de luminarias encendidas de futuro.

Seis días después Cuba toda también se encendía de futuro. Sin tiempos para el cansancio, como fieles hacedores de bien, como hombres dignos, como legítimos herederos del legado guevariano, martiano y fidelista, como símbolos de la verdadera democracia nuestro pueblo, hoy más amenazado que nunca se prepara para defender su tierra, la más bella y humana que existe.