lunes, marzo 12, 2007

De ébano el tintero


Por: Julián Puig Hernández.
La excelencia es la quimera, el vórtice donde se agolpan los esfuerzos luego de una pugna sin par en pos de la perfección.
Para llegar a ella, además de talento, se precisa temperamento irredento, inconformidad hasta la médula y una cuota inmensa de pasión que desborda las copas donde se vierten los sueños más preciados.
Tener como Premio por la obra de toda la vida en el periodismo exige fibras capaces de superar obstáculos diversos e impredecibles porque además del sempiterno encontronazo de criterios con ese enemigo cada vez más arrogante, están las estrecheces materiales y lo peor, las estrecheces subjetivas que tanto inflan de impotencia, nuestras venas carótidas.
Pero mérito mayor tiene aquel que, venido de la humildad, con sus dedos niños embijados de betún, lustrando zapatos para ganar el sustento y luego con brazos jóvenes paleando largas filas de cemento y arena, toma el lápiz con endurecidos dedos y decide un reto mayor: dar color, brillo y dureza a la palabra; pero no le bastó con hacerlo simplemente, sino que lo ha hecho siempre de manera excelente.
Gozoso esperó los retos devenidos después y se hizo maestro, con la certeza de multiplicarse entre jóvenes que hoy en las aulas universitarias estudian bajo sus exigencias.
El color de su piel, otrora fusta a la moral, hoy es fiel reflejo del acero que empuñó la caballería mambisa de epidermis de ébano, y de exaltación pictórica.
No se encontrará en él criterio sufragáneo, las convicciones distinguen al hombre nuevo que nace del trabajo emanado de la austera pluma del excelente periodista Raúl Martes González.

Secretos desde el malecón habanero


Por: Julián Puig Hernández.

Adentrarse en la psicología de un hombre como Néstor Baguer Sánchez-Galarraga es tarea que correspondió al documental Secretos desde el malecón habanero, del realizador Iibán González Cupull, que se proyectó en el museo polivalente Fernando García Grave de Peralta, de Puerto Padre, como parte del programa de la XVI Feria Internacional del Libro que tiene lugar en este municipio de la provincia cubana de Las Tunas.
El agente Octavo de los Órganos de la Seguridad del Estado es hoy un ejemplo de las acciones que han desarrollado tantos para salvaguardar las conquistas del proceso revolucionario comenzado el primero de enero de 1959.
Cuarenta años de su vida dedicó este hombre a desentrañar los subterfugios utilizados por el enemigo para desacreditar el proceso cubano y lo hizo con la sagacidad y la inteligencia requeridos para estos casos.
Nacido el 22 de agosto de 1921, en el seno de una familia acomodada, heredera de cien caballerías de terrenos en las zonas de la Ciénaga de Zapata y de Pinar del Río, otorgados por la corona española, su vida estudiantil transcurrió en los mejores centros estudiantiles, con la más alta nobleza, sin embargo su corazón estaba al lado de los desposeídos, alineado desde siempre con la verdad.
En la realización periodística, de veintisiete minutos de duración, pueden verse las manipulaciones de la llamada disidencia para ganar dinero a través de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en la Habana.
Previo a la presentación, Froilán González García, productor del documental, refirió la pasión conferida a la obra, especialmente de su familia porque el presupuesto era muy reducido y además se enfermó el editor y entonces acudimos a nuestro hijo Leandro que trabaja en el Canal Educativo de la Televisión Nacional y comienza él a asumir ese trabajo. Creo que junto con Otto Miguel Guzmán, que es un importante director de documentales (El mérito es estar vivo, Playa Girón, 66 horas). Logramos conformar como un colectivo y casi es un documental familiar; es decir, que se le rinde homenaje de esa manera a Néstor Baguer.
Los indiscutibles méritos profesionales del documentado se ponen de manifiesto de una manera lineal, con testimoniantes y documentos desclasificados que no dejan lugar a dudas.
Una frase conclusiva de la realización asegura: me he reído de la gente de la CIA para demostrarles que nosotros somos mejores que ellos, citando palabras textuales del Agente Octavio.
En la emotiva presentación, paralelo a las anécdotas para la conformación de la obra, se hizo referencia a la manera engañosa con que algunos personeros al servicio del gobierno de los Estados Unidos recaudaron firmas para un proyecto llamado “Varela” utilizando inescrupulosamente a ancianos inocentes, desconocedores de la verdadera naturaleza del engendro.
En virtud de ello, Julio Roberto González, hijo de una anciana timada, recibió una placa de una organización italiana de la zona de Seriales donde se le reconoce la valentía al pueblo cubano por saber enfrentar con firmeza al imperio más poderoso que ha conocido la historia universal.

Hola, amor

Por: Julián Puig Hernández.
Hola, amor, bienvenido siempre. Entra por mis venas, circula por este entretejo de venas y nervios que están urgidos de ti. Ocúpate de la mies en mi sangre, haz a un lado estos atisbos de odio venidos con tu ausencia. Levanta un emporio en mi pecho cuya corona sea del oro purísimo de tu creación.
Hola, amor, albérgate en mis soledades, promueve en la oración desesperada una luz refulgente, en los sueños pesados, de párpados plomizos por la desventura de tu ausencia. Ven, perfora mi pecho sin encono y sin dolor como sólo tú sabes hacerlo.
Hola, amor, pensé en ti todos los días y hoy se encienden las velas de bienvenida por tu cumpleaños, que nadie sabe cuántos son y todos optan por tu eternidad.
Hola, amor, ¿no me reconoces? ¡Vaya memoria la tuya! ¿No recuerdas al del llanto estridente que enmudeció con tu llegada? Heme aquí, de nuevo, prístino en la dicha eres y quiero la ración abonadora, la necesito con desespero.
No entiendo, ¿me dices que estás en mí y no te busco? Pero si mis ojos enrojecidos no hacen más que mirar el firmamento, las manos están temblorosas y juntas en oración perenne por tu llegada, ronco he quedado con mis plegarias impolutas.
¿Aquí dices, en mi costado del pecho? Pero no te veo. ¿Que si te siento? ¿Cómo he de sentir? ¿Es ese dolor agudo que me hace temblar ante todo? ¿Es ese constante sufrir por los demás? ¿Eso es amor? Yo pensé que era eterno regocijo, bailar y reír. ¿También lo es? Entonces, no entiendo.
Sí, amo a los demás, por eso vibro cuando se les daña. ¿Cómo? No, no me quites ese sufrir porque a pesar de todo me es grato. De acuerdo, el errado soy yo y te prometo aprender a amar aunque sé que amo. No buscaré en lo sideral si lo tengo todo dentro. Cultivaré el regocijo de poder vanagloriarme al saber que una lágrima viene por dos razones y un solo cometido.