lunes, marzo 12, 2007

Secretos desde el malecón habanero


Por: Julián Puig Hernández.

Adentrarse en la psicología de un hombre como Néstor Baguer Sánchez-Galarraga es tarea que correspondió al documental Secretos desde el malecón habanero, del realizador Iibán González Cupull, que se proyectó en el museo polivalente Fernando García Grave de Peralta, de Puerto Padre, como parte del programa de la XVI Feria Internacional del Libro que tiene lugar en este municipio de la provincia cubana de Las Tunas.
El agente Octavo de los Órganos de la Seguridad del Estado es hoy un ejemplo de las acciones que han desarrollado tantos para salvaguardar las conquistas del proceso revolucionario comenzado el primero de enero de 1959.
Cuarenta años de su vida dedicó este hombre a desentrañar los subterfugios utilizados por el enemigo para desacreditar el proceso cubano y lo hizo con la sagacidad y la inteligencia requeridos para estos casos.
Nacido el 22 de agosto de 1921, en el seno de una familia acomodada, heredera de cien caballerías de terrenos en las zonas de la Ciénaga de Zapata y de Pinar del Río, otorgados por la corona española, su vida estudiantil transcurrió en los mejores centros estudiantiles, con la más alta nobleza, sin embargo su corazón estaba al lado de los desposeídos, alineado desde siempre con la verdad.
En la realización periodística, de veintisiete minutos de duración, pueden verse las manipulaciones de la llamada disidencia para ganar dinero a través de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en la Habana.
Previo a la presentación, Froilán González García, productor del documental, refirió la pasión conferida a la obra, especialmente de su familia porque el presupuesto era muy reducido y además se enfermó el editor y entonces acudimos a nuestro hijo Leandro que trabaja en el Canal Educativo de la Televisión Nacional y comienza él a asumir ese trabajo. Creo que junto con Otto Miguel Guzmán, que es un importante director de documentales (El mérito es estar vivo, Playa Girón, 66 horas). Logramos conformar como un colectivo y casi es un documental familiar; es decir, que se le rinde homenaje de esa manera a Néstor Baguer.
Los indiscutibles méritos profesionales del documentado se ponen de manifiesto de una manera lineal, con testimoniantes y documentos desclasificados que no dejan lugar a dudas.
Una frase conclusiva de la realización asegura: me he reído de la gente de la CIA para demostrarles que nosotros somos mejores que ellos, citando palabras textuales del Agente Octavio.
En la emotiva presentación, paralelo a las anécdotas para la conformación de la obra, se hizo referencia a la manera engañosa con que algunos personeros al servicio del gobierno de los Estados Unidos recaudaron firmas para un proyecto llamado “Varela” utilizando inescrupulosamente a ancianos inocentes, desconocedores de la verdadera naturaleza del engendro.
En virtud de ello, Julio Roberto González, hijo de una anciana timada, recibió una placa de una organización italiana de la zona de Seriales donde se le reconoce la valentía al pueblo cubano por saber enfrentar con firmeza al imperio más poderoso que ha conocido la historia universal.